Estos son los niveles de riesgo en una evaluación de PRL

04 Diciembre 2025 Prevención

Una correcta evaluación del riesgo no solo permite identificar peligros, sino también estimar su magnitud y priorizar actuaciones. En este artículo explicamos, basándonos en los criterios del INSST, cómo se determinan estos niveles y por qué son esenciales para garantizar entornos de trabajo seguros y saludables.

¿Qué son los “niveles de riesgo” en una evaluación de PRL?

La evaluación de riesgos laborales constituye la piedra angular de cualquier sistema eficaz de prevención de riesgos laborales (PRL). Tal como explica el INSST, este proceso permite “estimar la magnitud de aquellos riesgos que no han podido evitarse”, de modo que la empresa pueda decidir si debe adoptar medidas preventivas, y en su caso cuáles.

El análisis se construye a partir de dos pilares:

  1. Identificación del peligro — detectar aquello que puede causar daño.
  2. Estimación del riesgo, combinando la probabilidad de que el peligro se materialice y las consecuencias, es decir, la gravedad del daño potencial.

El resultado de esa estimación —el “valor del riesgo”— se compara con un riesgo “tolerable”. Si supera ese umbral, el riesgo se considera “no tolerable” y debe someterse a medidas de control.

Así, los “niveles de riesgo” sirven como una herramienta para traducir en una escala comprensible el grado de peligrosidad de una situación laboral, priorizando dónde intervenir primero, según urgencia y severidad.

¿Qué criterios usa el INSST para definir los niveles de riesgo?

El INSTT establece que, para valorar un riesgo, deben considerarse al menos dos dimensiones:

  1. Severidad del daño potencial — desde daños leves (cortes superficiales, irritaciones, molestias) hasta consecuencias graves (amputaciones, lesiones múltiples, enfermedades crónicas o mortales).
  2. Probabilidad de que ocurra el daño — graduada habitualmente como “baja”, “media” o “alta”: por ejemplo, “alta” cuando el daño ocurrirá siempre o casi siempre, “media cuando puede ocurrir ocasionalmente, “baja” cuando es poco probable.

Combinando ambas dimensiones se define un nivel de riesgo que informa sobre la urgencia y tipo de respuesta necesaria.

Niveles de riesgo

 

Consecuencias

Ligeramente dañino

LD

Dañino

D

Extremadamente dañino

ED

Probabilidad

Baja

B

Riesgo trivial

T

Riesgo tolerable

TO

Riesgo moderado

MO

Media

M

Riesgo tolerable

TO

Riesgo moderado

MO

Riesgo importante

I

Alta

A

Riesgo moderado

MO

Riesgo importante

I

Riesgo intolerable

IN

Este método (simple, pero efectivo) permite priorizar las actuaciones preventivas y decidir qué riesgos requieren intervención inmediata y cuáles pueden monitorizarse o mantenerse bajo vigilancia.

Los distintos niveles de riesgo: ¿qué implican?

A continuación, un resumen de los niveles más habituales y sus implicaciones prácticas (tomando como referencia el esquema del INSST):


Nivel de riesgo

Características

Acción recomendada

Trivial (T)

Daños muy leves, probabilidad baja.

No se requieren acciones específicas. Solo seguimiento esporádico.

Tolerable (TO)

Daños leves o moderados, probabilidad baja o media.

No es necesario mejorar las medidas preventivas, aunque conviene mantener controles periódicos.

Moderado (M)

Daños moderados o severos, probabilidad media.

Riesgo elevado: debe reducirse antes de permitir la actividad. Intervenir urgentemente.

Importante (I)

Daños graves posibles, probabilidad media o alta.

Riesgo elevado: debe reducirse antes de permitir la actividad. Intervenir urgentemente.

Intolerable (IN)

Riesgo muy alto: daños graves o muy graves, probabilidad alta.

Prohibido continuar hasta controlar el riesgo. Implantación inmediata de medidas.


Este tipo de clasificación ayuda a priorizar recursos, establecer un plan de acción coherente y eficiente, y garantizar la salud y seguridad de las personas trabajadoras.

Claves para aplicar correctamente los niveles de riesgos en tu evaluación PRL

Realiza una evaluación inicial exhaustiva

Cada puesto de trabajo debe analizarse considerando sus condiciones reales o previstas —incluyendo maquinaria, sustancias, entorno, tareas, personal, frecuencia, etc.

No lo dejes en “una vez y ya”

La evaluación debe revisarse siempre que haya cambios relevantes — nuevas máquinas, reorganización del trabajo, incorporación de personal sensible, cambios en procesos— o cuando se detecten daños o fallos en controles.

Documenta todo

Para cada puesto donde haya riesgo no tolerable, registra: puesto, riesgos identificados, trabajadores afectados, resultado de la evaluación, medidas a adoptar, criterios y métodos usados.

Implanta medidas de control proporcionales al nivel de riesgo

Desde medidas mínimas de vigilancia, hasta suspensión de la actividad si el riesgo es intolerable.

Forma e informa a los trabajadores

La prevención no solo depende de medios técnicos, sino también de que las personas conozcan los riesgos, usen correctamente los medios de protección y sigan procedimientos seguros.

Si eres responsable de prevención, incorporar este enfoque en tu sistema no solo cumple con la normativa establecida en la Ley 31/1995, sino que fortalece una cultura real de seguridad en tu organización. El equipo humano, la productividad y la reputación de la empresa se ven beneficiados.
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